El escenario macro y micro económico del país, concluyó el año 2023 con bastantes indicadores deteriorados. Los consumidores estuvieron conscientes de ello, incrementaron su incertidumbre y consiguientemente desaceleraron su consumo.
A continuación, se plantea un análisis fundamental para que los empresarios bolivianos puedan comprender cómo se inicia el año 2024 y, con una visión estratégica, proyecten lo que podría suceder en los próximos 12 meses y se preparen para afrontarlo de la mejor manera, siempre teniendo en mente que toda crisis es una oportunidad.
El Índice de Confianza del Consumidor:
El ICC, siendo el barómetro esencial que marca el pulso del consumo, se presenta como un indicador crítico en el análisis de la coyuntura económica boliviana para el 2024. A pesar de registrar una recuperación de +3 puntos porcentuales con respecto a la medición de septiembre, la realidad es que este indicador aún se mantiene en territorio negativo, situándose por debajo de los 100 puntos.
La persistencia de un ICC negativo, incluso con una leve mejoría, sugiere que la amenaza de una contracción en el consumo de los hogares sigue siendo palpable. La pérdida de confianza impacta directamente en la intención de compra, generando un ambiente en el cual la mayoría de los consumidores experimentan niveles significativos de incertidumbre y temor. Esta situación resulta en hogares estresados, lo que podría traducirse en una disminución de la actividad económica y del gasto de los consumidores.
Causas de incertidumbre:
Las principales causas para que los consumidores sostengan y proyecten una confianza negativa tienen que ver con la disminución del ingreso disponible y la mala calidad del empleo, pero también con la percepción de un incremento significativo en la corrupción, la inseguridad y la inestabilidad política y social.
Desafíos en la Recuperación:
La constante pugna entre la demanda y la recuperación se manifiesta tanto en las expectativas del consumidor como en las opiniones de los comerciantes. Ambas caras de la moneda nos revelan una tendencia decreciente, planteando retos considerables para la retención y el crecimiento de los clientes en un entorno donde la demanda no muestra signos claros de expansión.
Variables Económicas y Crisis:
Nos sumergimos en las variables económicas, donde la crisis se convierte en un factor determinante en la percepción del consumidor. La falta de un empleo de calidad emerge como una preocupación destacada, generando complicaciones para los negocios, especialmente en el mercado informal. Estos factores delinean el complejo escenario que enfrentan los empresarios bolivianos en la búsqueda de un equilibrio entre oferta y demanda.
Impacto del Crecimiento Económico:
A pesar de un crecimiento proyectado del 1.8%, se evidencia que esta cifra no es suficiente para impulsar un mayor gasto de los hogares. La disminución del ingreso disponible y el aumento del endeudamiento contribuyen a un escenario donde el consumidor se ve limitado en su capacidad de consumo. Este panorama exige a las empresas una adaptación estratégica para satisfacer las necesidades cambiantes de los consumidores.
Cambios en los Hábitos de Compra:
La adaptación del consumidor boliviano a la nueva realidad económica se refleja en cambios significativos en sus hábitos de compra. Priorizar ofertas, cambiar a marcas y buscar sustitutos más asequibles, además de migrar al canal informal que es más “económico” son las primeras estrategias adoptadas, pero también reducir el gasto del entretenimiento fuera de casa y la incidencia de productos Premium en el surtido de compra son estrategias comunes. La vuelta a lo esencial y la búsqueda de eficiencia se convierte en la norma, impactando directamente en las decisiones de compra y en la dinámica de mercado.
Perspectivas para el 2024:
Miramos hacia el futuro, donde la fe en la recuperación y las autoridades se ve comprometida. Anticipamos un año electoral que no necesariamente impulsará el consumo. La estrategia del consumidor seguirá siendo de ahorro y eficiencia, mientras enfrenta desafíos económicos que ponen en riesgo su estabilidad.
Estrategias para los Negocios:
Son momentos para plantear estrategias claras y pragmáticas que se ajusten a este escenario desafiante. Destacamos la importancia de resegmentar al consumidor y perfilarlo mejor, tener claro sus motivadores y journey de compra y consumo, para diseñar una propuesta de valor sólida, anclada en la accesibilidad, el rendimiento y la diferenciación. Optimizar la cobertura y visibilidad en el punto de venta se vuelve crucial, así como priorizar campañas y activaciones en el canal que direccionen correctamente las decisiones del shopper
En este 2024, marcado por la incertidumbre, es esencial para los empresarios bolivianos enfocarse en la adaptación y la creatividad. Este artículo pretende ofrecer las herramientas necesarias para entender los retos presentes, permitiendo a las empresas dirigir sus estrategias con el objetivo de preservar su competitividad en el mercado.