Sentir que hay cosas que escapan de nuestro control, nos hace sentir vulnerables y eso nos paraliza. No saber cómo evolucionará la situación en el país, provoca miedo e incertidumbre con respecto al futuro. En esta última semana, los números de casos de Coronavirus han comenzado a duplicarse cada dos días y el miedo se ha diseminado. Ya no somos espectadores de palco, sino más bien nos hemos vuelto protagonistas. Así lo refleja un estudio sobre el impacto de la pandemia en la sociedad boliviana, realizado por Captura Consulting, a través de su Panel Online entre el 26 y 28 de marzo, en el que se indagó cómo se está percibiendo en el país el avance del virus.
Sólo el 4% de los bolivianos piensan que el Coronavirus es una amenaza de baja magnitud, frente al 86% de la población que considera que el virus es una amenaza de gran relevancia y un 10% que la percibe de impacto moderado. En este punto no se identifican diferencias ni por edades, ciudad de residencia o nivel socioeconómico, lo cual nos refleja que la preocupación ha permeado a todas las esferas de la población.
Asimismo, prácticamente 8 de cada 10 personas encuestadas se sienten bastante preocupados por contagiarse de la enfermedad, los valores más altos se registran en La Paz (82%), en el segmento de mujeres (84%), de los estratos medios (83%).
Este miedo y cautela ha activado una serie de mecanismos de defensa, dado que el 80% de la población ha adquirido alcohol en gel y el 74% mascarillas, todo esto como parte de las medidas de prevención. Las mujeres y los estratos socioeconómicos altos, son quienes se muestran más cautos.
Otro aspecto tiene que ver con cuáles serán las consecuencias una vez finalice el brote. Es decir, cómo va a impactar en la economía boliviana. Para el 70%, la situación económica en el corto plazo va a estar peor que la actual, dicha percepción se agudiza en La Paz y en los estratos socioeconómicos altos.
Finalmente, podemos decir que el miedo no siempre es negativo. De hecho, como toda emoción, tiene una función de adaptación, que nos ayuda en la supervivencia. Frente a un peligro amenazante, nos prepara para luchar y activar una sería de sistemas de defensa, por ende, los bolivianos estamos transitando desde un miedo paralizante a un miedo que apalanca la acción, traducido esto en medidas de precaución y consciencia.
Sebastián Arias
Antropólogo y Sociólogo
Gerente de proyectos de Investigación de Captura Consulting